A una flor hay que regarla día a día. Si dejas que su sostén la tierra se seque sin esa mínima cantidad de agua del día se marchitara y por más que quieras regarla después de este abandono no volverá a retoñar.
Algo totalmente igual pasa con el amor, si conquistas a un corazón, mantenlo encendido con tus frases y hechos de amor.
De qué sirve que digas: “te quiero”, “te amo” en algún momento o determinado día si en los próximos solo eres un desconocido (a) o simplemente un conocido(a) del montón.
Bien cierto es que el corazón es terco, necio y muchas veces asi lo traten indiferente sigue latiendo por ese mal amor, pero igualmente puede estar muy enamorado, llorar mil veces, seguir sintiendo todo el amor del mundo y sencillamente decir: “adiós” sin importar cuanto pueda sufrir por ello.
Amar a ese ser, mirarlo, sonreír, seguir amándolo y saber que no hay nada que pueda hacer que cambie por eso se aleja tal vez por bien propio, pues su corazón se ha marchitado.
Sonicha
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