Hoy es un día de los que nada te importa ni te atrae.
Son las 5:30 a.m. y ha empezado a llover, no he dormido bien en mi noche. Poniéndome un pantalón suave y camiseta, salgo a un parque que hay cerca a casa, me senté en una banqueta dejando que la lluvia caiga sobre mi.
Ansío llorar y llorar en medio de la lluvia, así nadie sabrá que lo hago.
Mis ojos se aguan, mi garganta forma un grueso nudo.
Alzando mis piernas, tomo mis rostro entre mis manos sobre las rodillas para dejar que brote el agua de mis ojos libremente...Pero no, no puedo llorar, ese nudo de mi garganta me ahoga mas y aprisiona mi pecho.
Levanto mi cabeza, abrazando mis rodillas, la lluvia cae sobre mi rostro y la saboreo... sabe amarga, salada, que incompleta está mi alma en este momento, solo sombras veo en el cielo.
Ha dejado de llover, tan solo fueron 5 minutos que me parecieron eternos.
Alguien se acerca a mi brindándome un café calientito... forjo una sonrisa y le agradezco-
- ¿ Quieres charlar? me pregunta.
Tomo un buen sorbo del café pensativa, escuchando su voz hermosa y varonil. Sus palabras calaron hondo y sentí que las lágrimas querían brotar. Tomé otro sorbo de café para que el nudo de la garganta se deshiciera, le miro y forjando otra sonrisa le dije que no, agradeciéndole.
Sentado a mi lado en silencio, me ofreció su chaqueta la cual rechacé.
Poniéndome de pie, me despido de el ( siempre sonriendo o fingiendo una sonrisa) y camino hacia mi casa.
¡ Qué lejos está el sol!
¡ Que oscura la llegada del alba!
Lo que está bien llega lento, lo que me hace mal ya no tiene sentido, pero como duele.
Mis manos en los bolsillos, mi cabeza en alto, mi corazón triste y las lágrimas brotando por dentro sin poder salir.
Sonicha (d.r.a.)
