miércoles, 24 de agosto de 2011

NUESTROS HIJOS



No hay nada más hermoso y profundo que entregar nuestros hijos a Dios, dentro de todas nuestras responsabilidades, orar por ellos (hijos) sería lo mejor, sin descuidar las otras.
Al orar por nuestros hijos, los estamos cuidando de muchos peligros. Bien es cierto que algunas veces no funciona o creemos que no, por que  deseamos respuesta inmediata.
Oremos por nuestros hijos desde que están en el vientre, seamos amorosos, compasivos, cómplices y payasos para hacerles reír, si así se requiere. Pero siempre oremos por su bienestar, inteligencia, protección.
Nuestros hijos nos brindan el gozo más supremo que podamos sentir, pero también el mayor dolor que nos puede hasta matar.  Recordemos que la vida de nuestros hijos nunca debe dejarse a la deriva.
Oremos reconociendo, experimentando la presencia de Dios, involucrándolo en nuestras vidas, pues así podemos vencer muchos problemas.  Bien dice la Biblia… “Todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra; será desatado en el cielo”   (Mt 18:18).
Dios siempre contestará nuestras oraciones. Recuerdo cuando mi hijo  al año de nacido se enfermó, perdió 4 kilos en un mes, lo llevaba de un médico a otro y nunca ofrecían un medicamento bueno; mi bebé cada vez se consumía más y más.  Diagnósticos de los médicos: “para que quiere un hijo obeso mejor así”.   De tanto molestar le tomaron unas radiografías, lo cual demostraron que tenia hipertrofia de adenoides y gastritis crónica con temor a sangrar. Le recetaron tantos medicamentos que ya parecía cargaba una farmacia ambulante, llegué a mi casa, (luego del medico) acosté lo que quedaba de mi bebe, me arrodille y dije: “Señor aquí esta mi hijo, te lo entrego de corazón, haz lo que quieras con él, cúralo si así lo quieres o llévatelo, pero no quiero verlo sufrir mas ni sufrir nosotros, tú  sabes, Señor que ya no existen días ni noches para mi bebé, menos para su padre y yo. Te doy gracias Señor por haberme dado un hijo en mi madurez y dejármelo disfrutar por este año, pero no le daré un solo medicamento, en tus Manos está”
Juro que han sido las palabras mas difíciles y duras de mi vida, lloré como si mi hijo ya se hubiera muerto, pues se quedó dormido –llevaba mas de 15 días sin dormir dos horas seguidas- esa noche, no dormí esperando el desenlace de mi oración.  Al día siguiente mi bebé se levanto y me dijo: “mamá tengo hambre” se me salieron la lágrimas y di gracias a Dios, el niño llevaba dos meses sin probar alimentos, sólo jugos en el biberón.
 Igual me pasó con mi segundo hijo, lo arrolló un vehículo, el día del suceso el salió a visitar su novia, tenía 16 años, me puse a orar pidiéndole a Dios me lo protegiera y cuidara, pues mis presentimientos eran demasiado fuertes.  Recibí la llamada, estaba hospitalizado en un hospital de caridad, ya que el conductor lo dejó tirado huyendo del lugar.  Su cabeza partida casi en dos partes, su pierna igual; seguí orando al Señor en medio de mis lagrimas mientras me lo llevaba a otro centro hospitalario. Ahora tiene 22 años y es un gran estudiante, buen hijo, muy casero y lo mejor sin vicios.
Estos son sólo dos ocasiones en las cuales rogué a Dios y me escuchó.
Nunca es tarde para orar por nuestros hijos ni tampoco hay un final para dejar de hacerlo, ya que será una señal de amor en tu corazón.
Una oración mía:
“Señor necesito tu presencia y tu poder, no puedo hacer esto sin ti, Señor me someto a TÏ, entiendo que el ser madre está más allá de mis posibilidades sin tu ayuda. Deseo me des sabiduría, asociándonos en esta dura tarea, enséñame los caminos para saber darle a mi hijo o hijos el modelo a seguir. Enséñame a orar e interceder por la vida, salud, sabiduría de este ser.
Señor aumenta mi Fe en ti, y abre siempre mi corazón a la bondad para con mis hijos y personas en mi entorno.  Vengo a ti, a entregarte a mi hijo y le indiques lo mejor para él, cuídale, protégele, guíale. Pon un cerco de protección  alrededor suyo, te ruego que siempre “la sombra de tus alas” le esté cubriendo de los peligros escondidos de la vida. Mantenle a salvo en todo lo que haga, y donde quiera que vaya, como bien dice en tú palabra “Y todo lo que me pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mt 21:22).  En el poderoso nombre de nuestro señor Jesucristo. Amén.
Amigos(as) que el Señor derrame su Espíritu sobre vuestros hijos, familia y los cuide para siempre. Amén.
Sonicha

UN AMANECER - erótico-


Al llegar el frio del amanecer, se posesiona de mi corazón,
el querer sentir tus dedos recorriendo mi rostro, 
luego desenredando mi cabello, delineando mis labios suavemente, 
deslizando tus manos tenuemente por mi pecho… mi vientre.
Tomando mis glúteos con fuerza, queriendo y no queriendo poseerme…

Besando cada parte, cada parte… cada centímetro de mí… 
hasta llegar a mis pies, haciéndome estremecer de pasión, 
deseo, lujuria… con tu lengua húmeda, firme…
hacer de este amanecer  un lindo y apasionado despertar…

Quemando nuestros cuerpos con el calor del amor, 
sin tregua ni tiempo, que nos obligue a terminar este sentir…

Entregarnos a un erotismo pasional, desenfrenado; tocarte, que me toques.
 Percibir nuestras caricias interminables; punto por punto…
célula por célula… morir, vivir…. 

Hasta que llegue el momento del cual nuestros cuerpos exploten!!!
como fuegos artificiales que parecen nunca terminaran sus explosiones, 
encendiendo  esta hoguera, temblando, abrazándonos…
 mordiéndonos levemente, 
sintiendo caer el líquido seminal muy caliente…
                                                             Sonicha