El amor y el afecto ayudan a
sentirse en plenitud, cuando se sabe que
se es correspondido en la relación
amorosa. No dejarse influenciar por
nadie, pero hay temas o palabras que hacen perder la percepción y notar
hipocresía en las personas a las cuales se les ha entregado la confianza. En cuestiones del amor no es que no se sepa
escoger, ya que en esto no se escoge, sino que el palpitar del corazón hace que
se siga ese camino sin saber ni pensar que va a pasar, muchas veces también aun
sabiéndolo.
Escuchar, hablar, proponer, decir lo que no gusta y esperar si hay cambios
en algo que está afectando la relación.
Si a aquella persona que se le ha dicho (sin imponer) continúa por el
mismo camino, simplemente se debe practicar el retiro ya que el equilibrio
emocional y la armonía en la relación se quiebra.
Dar lo máximo de uno mismo, sin esperar mucho, aunque sí un poco de cambio
de la persona que comparte nuestra vida y si no se da; las circunstancias no
serán las más favorables para continuar.
Hay que transmitir mucho entusiasmo en la relación, ser positivo, limar
asperezas, no ser posesivos, pero tampoco bajar la cabeza para que la pisoteen.
No sirve de mucho callar ese sentimiento de dolor, mirar, o esperar lo que de
pronto no ha de llegar. A veces se
piensa que con el tiempo la persona cambiara un poco su forma de actuar por la
relación, pasa y pasa el tiempo sin que esto llegue, cuando nos damos cuenta ya
hemos sido burla de sus amistades o familiares quedando un resentimiento y un
sentir de culpa por haberse dejado mancillar (la culpa es de cada cual ).
Recordemos: “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Y si
se despierta de ese sueño a tiempo se habrá ganado mucho. Ya que es como recuperar el hilo de su vida,
aunque muchas heridas no sanen y formen una cicatriz en falso pues es tiempo
que no se podrá recuperar.
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