EL ENAMORAMIENTO

Se está enamorado de Dios, de la vida, de los hijos, de los hermanos, de los padres.  Al decir “te quiero” a estos seres es que estamos enamorados.

Pero quiero hablarles de un enamoramiento distinto.  De cómo se siente cuando se da entre una pareja – sin distinción de sexo-.  Al enamorarse se sufre, sea por cualesquier razón; se sufre.  Hasta aún aquellas parejas que dicen ser “unos para el otro” en este sentido de amor, sólo manda es el corazón, los deseos, las ilusiones, el sentir.

Nunca se nos ha educado en cuanto a qué es el amor o cómo debemos llevarlo, ya que cada persona tiene su propio actuar y pensar.

El enamoramiento hay que disfrutarlo, sentirlo gozarlo, pero siempre debería ser con cabeza fría, con lógica, intentando que aún el romanticismo participe de ello sin dominarnos.  Hacer una unión del corazón a la mente, y poder tener una idea clara en cuanto a nuestro actuar; no es prohibir o dejar de soñar, sino saberlo llevar.

En el enamoramiento va unido pasión, deseo sexual, egoísmo, posesión, amistad – la cual es difícil cuando se da este estado- erotismo, amor al peligro. En el enamoramiento siempre hay un dominante y un dominado.

Por estar enamorado no se debe perder  su propio yo, para someterse a los gustos de la persona amada, no dejar que se le falte al respeto, no permitir que ocupe todo su espacio, ni resignarse a gotas de amor.

El enamoramiento debe ser desinteresado, sin condiciones, delicado, tierno, benévolo, sin egoísmos, se debe cultivar el diálogo, la sinceridad, la fidelidad –dado el caso y evitar al máximo caer en la tentación, si se quiere-  lógico que no todo va a ser un camino de rosas (ya que las rosas siempre tendrán espinas),  sino pensar con la cabeza, no dejarnos dominar por el cuerpo o el corazón, no esclavizarnos a la pasión del amor.

Vivir la realidad en cuanto a la persona amada, tener confianza, desconfianza, sentir alivio, dolor.  Ser feliz al estar con la persona que “necesitamos”, tratar de no dañar el momento mágico, dejar el apego extremista, ser firme en su sentir y hacer que la otra se sienta amada, pero libre.  Entregarse de manera moderada, sin cohibirse, eso sí con mucho tacto.  Y así se disfrutará a tope esta etapa.

Es cierto que nunca encontramos imperfecciones al ser amado, cuando comienza esta etapa del enamoramiento, pero si pacientemente estamos atentos, con ilusión y demás; no modelaremos un ídolo de esplendor. No dejemos  que la persona que amemos se apodere de nosotros, como un bicho que no se ve, pero se siente; lo cual puede llevar a cometer cualquier idiotez.

Disfrutemos de esta etapa, pero con la mirada siempre fija al norte.

Sonicha