Y ahora surge suavemente como humareda frágil,
todo
aquello que nos hizo triste en medio de la alegría.
Tentando un ayer con esperanzas de salvar algo,
ya
que sin darme cuenta se ha desvanecido las fronteras adversas,
y ha vuelto a
entrar con tibieza en mi mente esas horas vividas con amor.
Se afirma en mí, los recuerdos más lejanos,
lo cual
no es nada y es mucho a la vez. Sin color alguno.
Palabras, poemas, canciones; que no son más que
sonidos en el vacío. Soy como esa aguja
magnética que siempre apunta hacia ti,
perdiendo el sentido de poder seguir.
No quedan estrellas que iluminen mi universo,
desgarros profundos en mi pecho, te echo de menos, bello ser.
Indolente madrugada, ojos ojerosos, soñando la
derrota, recorriendo el camino con desidia y miedo ante lo inevitable.
No sé
responderle a la vida más que con otra pregunta,
vivo y no detallo la
existencia.
Llega la noche de nuevo y en el crepúsculo del amor,
te reclamo con más anhelo,
pues tan solo la noche me entiende a la perfección,
dejando que la soledad me cubra cuando
no hay más que hacer que añorar.
Busco una salida, o una entrada, ya ni sé,
enredándome
en mis palabras que a veces ni yo entiendo.
Como si mi presagio fuera una
derrota.
De nuevo las horas pasan lentamente,
el frío calando
mis huesos,
caminando lentamente, de un lado al otro,
escucho el llamado de la
brisa y te nombro,
queriendo llegue mi grito a ti.
Me fatigo por el peso de mis hombros cargando tu partida.
Deseo alcanzar tu universo,
no tengo norte, escucho
tus pasos,
siento tus caricias, pero no llegas, no estás.
El viento…sigue entrando, extendiendo su mano hacia mí.
Hoy escribo llena de tristeza,
con un nudo en mi
garganta apretando mi cuello,
viéndole los dientes a la vida cuando sonríe,
tal
vez de mi suerte, de mi agonía.
Hablo de mis realidades, de mil muros que acorralan
mis estrofas.
De noches perdidas en la distancia,
de presencias que
avanzan tras de mi,
queriendo encontrarme a oscuras;
por donde ya no hay huella
de nuestras huellas
Me arriesgo a reclamar una respuesta a los brazos del
alba.
a robarle pedacitos del tiempo al
tiempo,
tomando mi lápiz y escribiendo con lágrimas que jamás brotarán.
Mi piel se intranquiliza, mi cuerpo te reclama.
Te fuiste dejando ese oscuro sol de mi
derrota,
Surges dentro de mí,
siento tu presencia hasta el más
tierno cáliz de mi ser.
Eres ese airecillo que acaricia el alma y calma la sed.
Ahora tú, eres quien camina con el rostro
lleno de colores,
no siente soledad.
No habitan recuerdos desgarrados,
ya late tu corazón
por nuevos horizontes.
¿Cómo es tu corazón? Ligero, orgulloso, duro como roca,
de lata o tal vez frágil como una hoja seca.
Tal vez ahora al acostarme vuelvas a aparecer en mis
sueños,
sueños tan vividos y tan reales contigo,
desvaneciéndose al despertar. y aun así me hace sentir viva.
La ilógica ya ocupa mis letras, el vacío ocupa mis
pensamientos,
no deja piense con claridad.
No quise enamorarme tanto de tu soledad,
pero el
corazón me decía: "sígue, ámale".
Fuiste mi más bella realidad
en mis fantasías de tu
mundo de mentiras.
Sonia, Sonicha(d.r.a.)